Dentro de los materiales de construcción más comunes encontramos el acero y el concreto, pero, ¿cuál te conviene más a la hora de proyectar una obra? Si quieres saber la respuesta, te sugerimos seguir leyendo este artículo, donde haremos la comparación entre ambos materiales desde diferentes perspectivas.
Los materiales de construcción se pueden definir como aquellos elementos, materias primas o productos que se utilizan para construir edificios y obras de ingeniería civil. A su vez, estos se clasifican en varios tipos dependiendo tanto de sus propiedades como de sus características. La clave de entender la clasificación de los materiales, es que así podrás entender mejor cómo emplearlos en cada proyecto de construcción.
Entendiendo lo anterior, los materiales se clasifican, de acuerdo a sus propiedades, de la siguiente manera:
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Ahora bien, entre el acero y el concreto, ¿qué material te conviene más para tu construcción?
Para contestar esto, primero hay que entender que cada obra es distinta, por lo que el material que decidas utilizar deberá responder a diversos factores, ya sea el uso que tendrá la obra, dónde se construirá, el presupuesto disponible, y los resultados que se esperan una vez esté finalizada.
Por ejemplo, las estructuras de acero permiten, por lo general, una mejor y mayor iluminación y ventilación, a la vez que se pueden crear diseños más atractivos y modernos.
Ahora bien, para entender mejor cuál te conviene más, analizaremos, a modo general, ambos materiales de construcción desde diferentes perspectivas.
Si hablamos de medio ambiente y sustentabilidad, el acero le gana al concreto. Esto porque es un material 100% reciclable, lo que permite que no se generen residuos en el proceso de construcción.
Por otro lado, sólo cerca de la mitad del concreto logra reciclarse, y lo que se recicla, no puede volver a utilizarse en la construcción, a diferencia del acero, que sí puede ser reutilizado.
El factor modificación también entra en juego ya que, por una parte los inmuebles de acero se realizan a partir de estructuras conformadas en unidades o módulos, lo que hace que sea más simple modificar o expandir la obra.
Mientras, si las obras de concreto requieren ser modificadas o ampliadas, es muy probable que deban recurrir a la demolición y reconstrucción de la obra.
En cuanto a la seguridad, ambos materiales tienen sus beneficios. Por el lado del concreto, este es fuerte y pesado, y soporta muy bien las amenazas externas, como el fuego y explosiones.
Mientras, el acero también es muy resistente al viento, lluvias y otras actividades de la naturaleza, incluso también a la actividad sísmica gracias a su ductilidad; lo que quiere decir que si bien puede deformarse, su falla estructural es baja.
En resumen, ambos materiales son muy resistentes, pero se diferencian en el comportamiento que tienen: el concreto es más rígido, y el acero más dúctil.
En términos de costos, podemos ver que el concreto es más barato que el acero. Sin embargo, el acero tiene una relación-fuerza superior, por lo cual su rendimiento es mayor al compararlo con la misma cantidad de concreto utilizado; en este sentido, el acero es considerado un material mucho más rentable.
En resumen, ambos materiales de construcción, el acero y el concreto, tienen sus ventajas. Por un lado el concreto demuestra ser un material fuerte y resistente, pero el acero le gana desde varios puntos de vista, ya sea en relación a la durabilidad, funcionalidad, maleabilidad, fuerza y flexibilidad.
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